Mario Alberto Mejía
Cada vez que muere un poeta, muere un poco el mundo.
Y es que en ese momento hay alguien que le deja de cantar al lenguaje.
Es decir; a la vida.
Es decir; a las palabras.
Conocí a Gilberto Castellanos hace mil años.
Exagero.
Hace veinticinco años.
A él y a su mujer, Silvia Castro, los aprendí a querer en [...] http://twurl.nl/b2mrl4
jueves, 8 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario